El origen del concepto »marca blanca» apareció durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los consumidores pasaban un poco de las marcas de la época por las circunstancias y se centraban en encontrar el producto a buen precio.
En España, concretamente, adoptamos esta tendencia en los años 70 de la mano de un supermercado: la cadena Simago.
¿Qué es una marca blanca?
Bueno, ya he hecho un poco de spoiler: suele estar relacionada con los supermercados. No tiene porqué, pero a todas nos vienen a la cabeza ciertas marcas cuando pensamos en este concepto.
Una marca blanca hace referencia a productos que el distribuidor vende bajo su nombre.
Generalmente estos artículos suelen asociarse a un producto de baja calidad y más barato, pero el concepto ha ido evolucionando.
Evolución del concepto
En un inicio estos productos se vendían bajo el nombre comercial de la propia tienda o distribuidor, pero con el paso de los años los distribuidores han creado su propia marca para sus productos.
Con el paso de los años los productos han ido mejorando en calidad para competir con las otras marcas.
Algunos incluso juegan conque ese producto solo lo venden bajo su propia marca y está empezando a desaparecer poco a poco la etiqueta low cost con la que se bautizó el concepto en un inicio.
Conclusión
- El distribuidor puede fidelizar al cliente si crea productos de buena calidad que solo vende bajo su marca. Eso sí, haciendo las cosas bien.
- Generalmente les cuesta menos producir estas marcas blancas que otras marcas reconocidas, por lo que el distribuidor o le saca más beneficio o puede permitirse bajar más los precios y sacar el mismo.
- Hay que verlo todo con un punto crítico: ni todas las marcas blancas son low cost, ni todas se han reinventado. ¡Hay que leer bien las etiquetas!
¡Por cierto! Si no tienes una marca blanca…
¿Quieres darle amor a tu marca? Escríbenos que somos las expertas en marcar con mimo.
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