¿Para qué sirve el Branding? Descubre cómo impulsa el éxito de una PYME

El branding es una disciplina que trabaja en beneficio de los negocios para hacerlos más competitivos y relevantes y así potenciar su crecimiento y fortaleza.

Facilita el liderazgo empresarial y opera siempre en beneficio del negocio.

Insistimos en que el branding siempre responde a objetivos de negocio, y particularmente hablamos del branding como una filosofía de desempeño empresarial.

Una manera de gestionar la empresa que tiene en cuenta el gran factor humano del que cualquier negocio depende.

Las empresa en sí misma funciona como un ente abstracto para las personas, sin capacidad de conexión con ellas ni potencial diferencial más allá de percibirse como un activo económico, «algo» burocrático. Sin embargo los negocios se generan entre personas y estas necesitan tener un papel más protagonista en el desempeño empresarial y la estrategia de negocio para que realmente prospere.

Las empresas necesitan conectar y significar algo para las personas. Ser un activo social además de un activo económico.

Para todo ello existe el branding, una disciplina que ha evolucionado hasta el punto de establecerse como una filosofía de desempeño empresarial que aporta solidez y consistencia en la competitividad y sostenibilidad financiera de las empresas.

Aquí puede terminar este artículo. Puedes volver a leer desde el principio y analizarlo. Esto es para lo que sirve el branding.

Esta es una disciplina con una gran evolución de la que ya hemos hablado en «La evolución del branding y su importancia», y por ello necesitamos estar en continua actualización porque al tratarse de una disciplina que gestiona la parte más humanista de los negocios siempre estará en continuo cambio.

¿Cómo puede el branding transformar efectivamente una PYME?

Las empresas en su punto cero son posibles activos económicos que pasan a formar parte del mercado y la economía pero que no tienen su potencial definido. Como los negocios se generan entre personas, sean modelos B2B o B2C, las empresas necesitan significar algo para ellas y dejar de ser ese «ente abstracto».

Las empresas necesitan una marca para poder dejar claro su potencial y su significancia, actuar como un ser social que interactúa, se relaciona y tiene en cuenta a las personas para cubrir sus necesidades, deseos, … y dejando claro cómo lo logran.

Uno de los principales problemas de las PYMES actualmente según Chat GPT 4

En la actualidad practicamente todas las empresas son globales. Ante este panorama, expuestas al escarnio público, no queda otra que ser competentes. Ante este gran reto actual el branding es la única solución y opción viable que además de solventar este problema potencia de manera integral el rendimiento empresarial.

Veamos cómo.

Definir el potencial de la empresa para lograr mayor competitividad

Ser competente implica muchas cualidades, no solamente competir contra las mejores marcas del sector sino literalmente ser competente. Todas sabemos qué significa ser incompetente ¿Verdad? Y nadie quiere liderar o formar parte de una empresa incompetente. Dotar de competencia a una empresa es hacerla más significativa, relevante y capaz de liderar el mercado, de forma parte de él desde la fortaleza y solidez.

Para que una empresa logre ser competente necesita poder sobrevivir al ciclo de vida de sus productos o servicios, trascender más allá de ser un activo económico y sostener su fortaleza a lo largo del tiempo. Esto conlleva un gran trabajo interno y externo que se aborda desde el core, permeando hasta la superficie con la misma intensidad.

Y por supuesto se trabaja con estrategia de marca, branding, logrando elevar toda la experiencia de marca y el desempeño empresarial.

Ahora sí, veamos cómo solventa esto y para qué sirve el branding.

¿Para qué sirve el Branding? 10 usos potenciadores de negocios como ejemplo

Insistimos en que son 10 ejemplos. ¿Por qué insistimos? Porque el branding trasciende a toooodas las áreas del negocio y podríamos escribir un libro con todas las utilidades que puede tener esta disciplina filosofía de negocio.

Hemos seleccionado algunas de las más interesantes para cualquier directiva/o.

1. Posicionamiento y diferenciación

Ser la marca preferida por características y cualidades propias. Dejar de mirar qué está haciendo la competencia, para centrarse en cómo debemos seguir haciéndolo. El branding sirve para que la empresa lidere un desempeño empresarial propio, con autoestima y seguridad que le asegura un carácter propio y diferencial frente a la competencia. No solo se trata de saber qué decir o cómo operar, se trata de que lo que se diga y lo que se haga sea propio.

Además el branding sirve para lograr el posicionamiento estratégico deseado, ya que en la estrategia de marca se establece la dirección para conseguir liderar su propio territorio, su mercado y sector. Desde el desempeño empresarial orientado a la marca (branding como filosofía) el posicionamiento trasciende a la mente de consumidores y consumidoras estableciendo gestión y fortaleza en la percepción de clientes sobre la calidad y el valor de la marca.

2. Reconocimiento y lealtad de marca

Un branding efectivo aumenta el reconocimiento de la marca, facilitando que los clientes la identifiquen y recuerden. Además, ayuda a construir fidelización, lealtad de marca, fomentando que los clientes regresen y recomienden la marca a otros.

Gracias a la coherencia que ofrece un branding estratégico la marca eleva su fidelización de cliente y la retención del talento mejorando consecuentemente el desempeño empresarial y multiplicando la rentabilidad.

Básicamente porque el branding dota al negocio de una marca que se compone de elementos que delimitan su comportamiento, su dirección, su imagen de marca,… elementos como el propósito, los valores, la personalidad y la identidad. El quiz aquí reside en si se han definido estratégicamente, de manera favorable para los objetivos del negocio y si sabemos o no activar estos elementos.

3. Autoridad, confianza y credibilidad

Este punto es clave para el crecimiento del negocio y su fortalecimiento ya que cuando hablamos de negocio siempre hablamos de venta y cuando hablamos de venta la autoridad, confianza y credibilidad son indispensables.

Un branding coherente y profesional mejora la confianza y credibilidad de la empresa ante los clientes, socios/as y otros stakeholders porque convierte a la marca en un activo social más para las personas. Relevante, es decir, de interés especial para las personas.

Cuando dotas a la marca de cualidades personificables la conviertes en alguien con quien contar.

Gracias al posicionamiento, la confianza y credibilidad se genera autoridad, y esta convierte a la marca en referente y líder en su sector, logrando que aquello que la marca haga y diga cuente.

4. Relevancia y expansión

El branding orienta sus procesos de mejora de negocio a través de estrategias basadas en datos para encontrar los insights clave sobre los que definir la marca y desarrollar su estrategia. Los insights y el diagnóstico inicial en el proceso de desarrollo de branding son in-dis-pen-sa-bles. En base a esta información debemos definir todos los elementos que necesita una marca para activarse, así como todas las acciones de la empresa deben sostenerse en ella.

De esta manera logramos que la existencia de la marca sea importante para las personas y el mercado. Y si es importante, importa y permanece.

Una marca fuerte facilita la expansión a nuevos mercados o segmentos, ya que lleva consigo una reputación y un reconocimiento que pueden traspasar barreras geográficas y culturales.

5. Valor percibido y ventaja competitiva

Una marca fuerte puede aumentar el valor percibido de los productos o servicios de la empresa, permitiendo a veces cobrar precios premium en comparación con productos similares de marcas menos conocidas. A través de ciertos elementos del branding, el valor se puede transmitir de manera intangible pero estratégica. La percepción del valor se define y se transmite. Se gestiona.

Además el branding como filosofía en el desempeño empresarial es una ventaja competitiva significativa, especialmente en mercados saturados donde los productos o servicios son similares, porque ofrece la garantía de mantener la dirección y el foco hacia lo que realmente le importa a nuestro público objetivo.

6. Comunicación

El branding es esencial para las estrategias de marketing y comunicación de la empresa, porque proporciona una base coherente, una brújula estratégica que orienta muchos aspectos del desarrollo de campañas y mensajes.

En muchos casos sucede que tras una gran campaña de marketing podemos tener muy buenos resultados inmediatos pero a medio largo plazo perjudica el posicionamiento de la marca y su reconocimiento porque esa campaña ha desplazado los insihgts. A veces no perjudica pero tampoco suma ni construye marca.

Sin el branding las empresas suelen comunicar en base a tendencias u objetivos inmediatos que DEconstruyen marca, y esto diversifica los esfuerzos y reduce resultados de posicionamiento.

Transmitir lo que la marca es, sin dudas. Para que en cada impacto se transmita que quien habla es una marca con carácter.

7. Atracción y retención de talento

El branding no se define y gestiona solo para los clientes, sino también para la plantilla interna y las relaciones con cada stakeholder. Una marca fuerte puede atraer y retener talento de alta calidad.

El branding tiene en cuenta todo lo que puede cuidar y fortalecer a la empresa en cuanto a relaciones, imagen y valor, no solo para clientes sino también para las personas que trabajan en la propia empresa así como otras personas que se relacionan con ella (proveedores, distribuidores, alianzas,…). Con el gran problema actual en cuanto a retención de talento sin duda esta es una gran ventaja.

8. Relaciones con inversores y socias

Una marca sólida mejora las relaciones de una empresa con inversores, socios y otros stakeholders, aumentando su percepción de estabilidad y éxito a largo plazo.

Una buena marca que consigue ser atractiva para su público objetivo sin duda será atractiva para potenciales inversores, socios,…

9. Dirección y coherencia

Como último punto y más importante, el branding ofrece el poder a la dirección empresarial de tomar decisiones de manera coherente, ágil y estratégica. Así se asegura de conseguir la máxima rentabilidad y mantener el foco. Ser fiel a valores y propósito generando confianza con una gestión ética y consistente.

Porque una buena dirección marca toda la diferencia en el crecimiento empresarial.

Una desempeño empresarial eficaz

Para finalizar queremos reflexionar sobre si lo ideal es desfragmentar el negocio para solucionar cada problema de manera independiente o quizás la mayoría de los problemas actuales resultan de esa desfragmentación en la gestión de marca y el desempeño empresarial, viendo la empresa por silos, con un líder por cada uno de ellos, haciendo que la consistencia de la empresa también se fragmente y por lo tanto se debilite.

Quizás lo ideal sea sintetizar y unir, englobar y gestionar los negocios de manera integral y coherente. Probablemente tengamos mucho que aprender para que esto sea una realidad en la mayoría de los negocios, pero desde luego será un camino más rentable y eficaz.

El branding lo hace posible, porque simplifica el desempeño empresarial, lo fortalece y potencia respondiendo a sus objetivos.

A la vez conseguimos que la empresa se convierta en una marca importante a nivel social y de mercado.

Si quieres que formemos parte de ese cambio y mejora de negocio escríbenos.