Antes de la revolución industrial, ya existía este término, aunque quizá no se sentía tan necesario en todos los sectores. Pero en cuanto la revolución industrial dijo “holiii”, todo cambió, y conseguir ser una marca se volvió imprescindible para sobrevivir como empresa.
A día de hoy, muchas empresas todavía no dan valor a lo que realmente significa ser una marca. Algunas incluso lo confunden con elegir el nombre de la empresa que registrarán en el Registro Mercantil.
Pero vamos a dejarlo claro: eso no es una marca.
¿Qué es una marca?
Si somos pragmáticas, una marca es una marca. Literalmente, es un identificativo que expresa información. Una huella.
De hecho, usamos la palabra «marca» para muchas cosas en la vida diaria. Por ejemplo, cuando una experiencia nos ha «dejado huella» o cuando queremos recordar una parte de un libro y dejamos una señal para encontrarlo más tarde.
Un recuerdo, una señal, un identificativo…
Todos esos conceptos forman parte del significado de «marca», pero cuando hablamos de empresas, la marca va mucho más allá. La marca es la integración social de la empresa.
Cuando una empresa de verdad se siente parte del mundo y entiende que no solo necesita un nombre, sino que también necesita “ser” — tener personalidad, valores, un propósito…
¡Y sí, comunicación! Es entonces cuando se convierte en una verdadera marca.
Ser una marca, de manera resumida, implica ser parte social identificable y memorable.
Puedes echar un vistazo a lo que dice la OEPM sobre este tema.
¿Para qué sirve ser una marca?
Ser una marca sirve para diferenciarte en el mercado y, más importante aún, para crear anclajes en la mente de las personas.
Estos anclajes son vitales porque ayudan a que, cuando alguien escuche el nombre de tu empresa, asocie automáticamente esas “señales” que identifican quién eres y qué ofreces. Se genera un entorno, una imagen, un significado… algo que permanece en la mente de tu público objetivo.
Se deja huella. Se marca.
Si eres una empresa sin una marca, es probable que la vida de tu empresa sea corta o, peor aún, mediocre. Que esté en el limbo, pendiendo de un hilo.
Pero si logras dejar huella, si consigues permanecer en la mente de tu audiencia o potenciales clientes… te abrirás camino, tendrás relevancia para cierto grupo de personas. Y eso hará que formes parte del mundo, tanto en el ámbito social como en el económico, siendo una opción elegible para quienes necesitan lo que ofreces.
¿Qué necesita tu empresa para «dejar huella»?
Para que tu empresa realmente deje huella y se convierta en una marca, necesitarás:
¿Y si soy solo una empresa sin marca?
Si tu empresa no está trabajando en construir una marca sólida, lo más probable es que su vida sea corta o, al menos, mediocre. Competir sin una identidad clara es como caminar sobre una cuerda floja: siempre estás al borde de caer.
Sin embargo, cuando logras dejar una huella y te posicionas en la mente de tu audiencia, comienzas a ser una opción relevante, una opción elegible para ese grupo de personas que realmente necesita lo que ofreces. Así es como tu empresa se convierte en una parte activa del mundo socio-económico. Eres un activo social, y ese debe ser un objetivo más junto al económico.
Y tú… ¿Ya tienes marca o solo sigues siendo una empresa?
Si después de leer esto te has dado cuenta de que necesitas ayuda para construir esa marca que realmente deje huella, ¡no te preocupes! Aquí estamos para ayudarte. Escríbenos y charlamos sobre cómo darle vida a esa marca que llevas dentro.
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