Conocemos de sobra el tema de la violencia de género y la desigualdad laboral (o por lo menos deberíamos) pero quizás no tengamos apenas información sobre otras desigualdades existentes en esta lucha que siempre defiende el 8M.
Desigualdades que forman parte de una cultura y que demuestra que todavía queda mucho por hacer.
Hablamos de dificultades añadidas que son una consecuencia de la desigualdad existente y de la presión y el peso con el que cargamos las mujeres.
Desde una perspectiva optimista podríamos quizás asegurar nuestra fortaleza tras prevalecer en lucha durante tantos años consiguiendo cambios y mejoras, a pesar de todas las dificultades a las que nos enfrentamos.
La cultura nos lo pone mal, muy mal:
Debemos estar preparadas para todo: maternar, trabajar, sostener la familia, cuidar, producir, consumir, presumir… Hacer varias cosas a la vez «es de mujeres» o quizás resulta que simplemente se nos ha exigido este «ser un pulpo». Y aún así como es lo que se espera de nosotras, no se valora.
Debemos ser bellas, sin imperfecciones, pero naturales, sin cirugías ni mucho maquillaje, sin pelos «donde no toca», con una vestimenta «adecuada» según el entorno, debemos maquillarnos para «vernos mejor», debemos subirnos a los tacones pese a los juanetes o el dolor que nos produzca… Debemos cuidar nuestra imagen hasta lograr el ideal, un ideal que por otro lado cambia constantemente, un ideal que es inalcanzable, un ideal que siempre tiene hueco a la crítica. Aspiramos a una perfección que no existe.
Además en el entorno laboral nos encontramos con:
¿Qué más? Pues más.
La desigualdad para la mujer escala a todas las áreas de la vida.
Índice del artículo
¿Cuáles son las consecuencias? Desigualdad en salud y bienestar
No es extraño que con tanta presión y dificultades alrededor nos encontremos con más problemas en cuanto a salud mental y bienestar, ¿Verdad? Sin embargo no se habla de ello lo suficiente. Además, si analizamos los estudios realizados de salud mental veremos que los trastornos varían significativamente entre hombres y mujeres.
Probablemente esto se deba a las diferentes cargas que sufre cada grupo: mientras que tradicionalmente a las mujeres siempre se nos ha exigido cuidar de los demás y sacrificarnos, los hombres han tenido que «ser el hombre de la casa» y no mostrar sentimientos o «debilidad». Al final, cuando la situación es insostenible, acaba explotando por algún lado.
La presión que sufren las mujeres en el trabajo existe independientemente de que decidan tener hijos o no, ya que las cargas familiares pueden venir de otro costado y seguimos estando mucho más expuestas al acoso laboral.
Esto se vio de manifiesto durante el episodio de acoso que se vio en toda Europa por parte de Rubiales a Jenni Hermoso, ya que si pasa algo así estando grabado, qué no ocurrirá entre bambalinas…
Lo cierto es que ver las realidades sociales en cifras y gráficos da escalofríos, pero al menos podemos decir que cada vez se alza más la voz y existen más represalias a estos comportamientos inaceptables, como la destitución de Rubiales en su día. Algo que probablemente hace tan solo 7 años no hubiese sido posible.
El papel de las empresas y la involucración de la sociedad
Cambiar esta realidad no es algo que se pueda hacer ni de la noche a la mañana ni de forma unilateral: la mayor parte de la sociedad debe estar dispuesta a realizar este cambio, empresas, gobierno y sociedad:
Desde hace unos años hacia aquí la sociedad cada vez ha luchado más por la igualdad, los valores y otros temas sociales como el cambio climático y la integración social, así que no es de extrañar que las expectativas hacia las empresas hayan aumentado.
Si bien es cierto que hace años a las personas nos valía conque una empresa cumpliera vagamente el convenio aunque no pagara las horas extras, ahora conocer malas praxis de las empresas puede derivar fácilmente en una crisis reputacional. Además, las nuevas generaciones no se conforman con producir y ser pagados por ello: quieren alinearse con los valores de la marca y su buen hacer, lo que hace que empresas que no tienen su marca trabajada tengan muuuuy complicado la atracción y el mantenimiento del talento.
En temas de igualdad de género las expectativas también han aumentado, y los datos señalan que implementar protocolos al respecto es beneficioso tanto para el personal como para la empresa.
» La igualdad es rentable, así lo demuestra los resultados del informe ‘Women in business 2019: hace un avance real”. Las empresas más implicadas en políticas de igualdad generan más rentabilidad.
Las políticas de igualdad mejoran la productividad, crea un clima más sano y equilibrado y facilita la retención del talento. A la larga esto se ve representado en un aumento de ganancias.
Según McKinsey, las empresas en el cuartil superior en cuanto a diversidad de género en la dirección tienen un 15% más de probabilidades de obtener mejores resultados financieros»
En definitiva, dos conclusiones con evidencias y datos que las corroboran:
Fuentes:
- Día de la madre: ¿Son las mujeres libres de sus decisiones en el ámbito laboral cuando se convierten en madres? – leer
- Cruz Roja. Informe Empresas.Corresponsabilidad familiar y conciliación en tiempo de Pandemia – Leer
- Según el informe «Salud mental en datos: prevalencia de los problemas de salud y consumo de psicofármacos y fármacos relacionados a partir de los registros clínicos de atención primaria». – Leer
- Plan de empleo de la Cruz Roja .- Leer
- «Acoso sexual y acoso por razón de sexo en el ámbito laboral en España», Estudio por la #DGVG y #CCOO – Leer
- Unidad de Igualdad de Género de la Consejería de Economía, Empresas y Empleo, Castilla La Mancha – Leer


